miércoles, 29 de agosto de 2012

Conferencia dada en España por el Dr. Fermín Moriano (1995)

El Dr. Moriano fue uno de los principales discípulos del Dr. Hamer durante los

primeros años del movimiento de la Nueva Medicina en España.

Buenos días a todos. Mi madre cuando conoció esta medicina me hizo un

comentario: -"Ahora entiendo por qué hay tantas enfermedades y tanto cáncer, es

porque se está perdiendo el confesionario. Por eso antes había menos-. "

Parece una bobada pero cuando les explique qué es la Nueva Medicina lo van a

entender mucho mejor.

Por primera vez en la historia podemos trabajar con leyes de la naturaleza. Es

decir, los médicos hasta ahora veníamos trabajando con hipótesis, con axiomas

no contrastados, con mucha especulación. Esto hacía que pacientes sometidos a

un mismo tratamiento dieran diferentes resultados. La medicina clásica es una

maraña de interpretaciones, una maraña de especulaciones pero es la única

ciencia por llamarla de alguna manera que trabaja sin leyes.

La medicina entra en la Academia de Ciencias francesas a finales de 1800, es

considerada ciencia pero realmente los médicos que hemos hecho medicina

clásica no la hemos visto como ciencia sino como un arte especulativo y además

aproximativo y de ningún modo veíamos resultados de causa-efecto.

Por primera vez en la historia, un médico alemán Ryke Geer Hamer, catedrático

de medicina, especialista en medicina interna, especialista en siquiatría,

especialista en radiología (aparte de eso cursó la carrera de Teología) enuncia

leyes de la medicina. Hamer estudió estas especialidades con todo rigor, tres

años por especialidad. Ejerció durante quince años como jefe de diversos servicios

hospitalarios en varios hospitales de Alemania.

En la década de los 70 llevaba ya un tiempo dándose cuenta que la medicina era

muy especulativa, que no encajaba entre las otras ciencias. Se dio cuenta que

faltaba algo, que no había orden ni concierto. La muerte de un hijo suyo, que fue

un hecho famoso porque fue a causa de un disparo que le dio Victor Manuel de

Saboya, príncipe heredero de la casa de Saboya, fue un hecho determinante. El ya

había desarrollado algo sobre la Nueva Medicina y se reprocha a sí mismo no

haber tenido el coraje de sacar a su hijo de los tratamientos de la medicina

clásica y tratarlo como él quería.

Tras la muerte de su hijo Hamer se descubre un cáncer de testículo y su mujer,

que es médico oncólogo, desarrolla un cáncer de mama izquierda.

La pregunta de Hamer es como es posible que dos personas sanas, relativamente

jóvenes todavía, desarrollen ambos un cáncer y lo relaciona con el hecho

traumático de la muerte del hijo. En ese momento Hamer era el jefe de los

servicios de radiología, oncología y de medicina interna de modo que estaba en

condiciones muy especiales para realizar su tarea de investigación.

El protocolo oficial para el cáncer es cirugía, quimioterapia y radioterapia y se

sabe cuál es el resultado para el 95% de los casos. Hamer se subleva ante esa

posibilidad y sobre todo animado por el hecho de ver que hay una incidencia

altamente dramática en la vida de él y de su esposa que pudiera estar

relacionado con la aparición de la enfermedad

En el hospital universitario donde trabaja empieza a hacer una cosa que hasta ese

momento la medicina no había hecho nunca. En realidad sí se había hecho pero

tan antiguamente que ya ni se recuerda en los libros de medicina: preguntarle al

paciente por qué cree que está enfermo.

Entonces les empieza a preguntar a los enfermos de cáncer del hospital si ha

vivido alguna historia o algún incidente altamente traumático en su vida, anterior

a la aparición del cáncer. Para su sorpresa encuentra que absolutamente todos

refieren una historia altamente dramática en un tiempo anterior al de la aparición

de la enfermedad.

En un principio lo que constata es que todos, absolutamente todos tienen ese

hecho dramático. Luego empieza a analizar por descarte, por tipo de enfermedad.

Pregunta por ejemplo a 100 mujeres diestras con cáncer de mama izquierda para

tratar de encontrar un denominador común.

Es así que va encontrando enfermedad por enfermedad un denominador común

de esa enfermedad. Las 100 mujeres con ese cáncer intraductal de mama

izquierda tienen un mismo incidente en su vida, un mismo hecho traumático con

un mismo colorido. Pero cuando analiza 100 casos de cáncer de riñón encuentra

exactamente lo mismo. Cuando analiza los casos de cáncer de pulmón encuentra

lo mismo: un denominador común distinto del de mama y de riñón. En principio lo

que encuentra es la relación entre la siquis, es decir las vivencias de las personas

y el órgano lesionado.

La sorpresa más grande que se lleva es darse cuenta que no es una relación del

90 o 95% que ya sería como para tener en cuenta sino que es del 100%. Empieza

a darse cuenta que está tocando leyes de la naturaleza. Las leyes de la

naturaleza, como todos sabéis, dicen que este objeto se caería un millón de veces

si yo lo soltara puesto que se ejerce sobre él la fuerza de la gravedad que es una

ley de la naturaleza y no cabe la más remota posibilidad de que al soltarlo se

quede suspendido en el aire.

Pues lo que ha descubierto Hamer es de esta índole. Yo sé que parece muy duro,

muy difícil de creer, imaginaros lo que puede suponer para nuestra clase médica,

que por primera vez le pongan por delante cinco leyes de la naturaleza que se

cumplen en el 100 por ciento de los casos.

Cuando él se da cuenta de esa relación, lógicamente piensa que el ser humano no

es solamente una rodilla, no es solamente un codo, no es solamente un pecho. La

medicina clásica en su súper especialización continua, nos obliga a

especializarnos cada día más. Es habitual que si a una persona le duele una

rodilla va a un traumatólogo pero a su vez ese traumatólogo le deriva a un

compañero que es a la vez traumatólogo pero más especialista que él en la rodilla

con lo cual el traumatólogo especializado en rodilla sólo sabe de rodilla. Se está

perdiendo la visión de conjunto, tratamos el cuerpo humano por piezas, por

partes separadas del todo y Hamer lo que sí tiene muy claro es la unidad del ser

humano. Se da cuenta que el ser humano tiene sique, cerebro y órganos. Está

encontrando la relación entre sique y órgano. ¿Qué está pasando mientras tanto

en el cerebro?

El es radiólogo y está harto de hacer scanners (tomografía computada) y nunca

ha visto en el cerebro una señal de nada. Todo sabemos que el cerebro dirige

todas las funciones del cuerpo, sin embargo esto no es tenido en cuenta por la

medicina clásica, lo olvida sistemáticamente. Todos sabemos que el cerebro

controla las funciones de todos los órganos, de todos los tejidos y que está

conectado con todas las células. Es más, la medicina clásica admite que una

célula, sólo una célula, es capaz de recibir un orden de 55.000 estímulos

bioquímicos simultáneos a través de neurotransmisores pero solo conoce un

orden de 20. Pero en cuanto a estímulos bioeléctricos es incalculable la

posibilidad que tiene una célula de recibir información simultánea. Sin embargo

no tenemos en cuenta este flujo de información y seguimos investigando sobre la

celulita, que si los oncogenes, que si la célula hace, que si la célula deshace como

si la célula fuera un ente aislado del resto del organismo, que llevara su propia

vida y se mantuviera completamente ajena a las órdenes cerebrales.

Todos sabemos que un estudiante a la hora de presentarse a examen puede tener

una colitis. Todo médico diría que es normal y que es producto de su estado de

ánimo. Si nos damos un susto nos aumenta la frecuencia cardiaca, también eso es

normal. Ante una situación que nos repele se nos ponen los pelos de punta. La

úlcera se llama ya úlcera de stress dando por hecho que el stress es la causa de

las úlceras de duodeno. Se habla también del infarto de miocardio en las personas

de riesgo que trabajan mucho. Hasta ahí a la medicina no le queda más remedio

que asumir, que admitir la relación sique-organo pero cuando hablamos de

enfermedades mayores la medicina deja de lado estos supuestos. Dice: las

enfermedades de las que hemos hablado hasta ahora son enfermedades

sicosomáticas y que las trate el médico de cabecera, el médico de pueblo o el

siquiatra pero dejen para nosotros los cánceres y las enfermedades graves que

son asunto de los entendidos de la materia.

Hamer, ante la posibilidad de que el cerebro pueda dar alguna señal de lo que

está pasando a nivel síquico y a nivel orgánico, se sienta un día ante un scanner

que tiene en el hospital en el que es jefe del servicio y empieza a hacer un

scanner cerebral, cosa que hasta ahora no se había hecho nunca, de aquellos

pacientes que tienen una patología no neurológica, no cerebral, por ejemplo un

cáncer hepático.

Todos sabemos que en la radiología hay unas imágenes que la medicina nunca ha

sabido explicar. Son un tipo de circulitos dispersos por el scanner cerebral que

aparecen en lugares diversos y como la medicina nunca pudo darles explicación

son considerados todavía como -artefactos-, productos de la máquina, problemas

de la máquina.

Hamer se sentó por primera vez en un scanner para ver si esos “artefactos”

tenían algo especial que decirle en la relación causa-efecto. Y para su sorpresa

comprueba que esas cien mujeres que tenían un cáncer intraductal de mama

tenían un redondelito de esos, un “artefacto” en la misma zona del cerebro que

paradójicamente es la zona del cerebro que rige la mama izquierda. Pero si

analiza los pacientes que tienen un problema de riñón encuentra que todos,

absolutamente todos, tienen un artefacto en una zona del cerebro que

paradójicamente es la zona del cerebro que rige el riñón.

Tanto es así que descubre una cartografía, añade una cartografía nueva al

conocimiento médico. Comprueba que eso que se llamaban artefactos no son

artefactos sino la señal cerebral de lo que está ocurriendo a nivel síquico y a nivel

orgánico.

El me contaba un día que cuando descubrió eso se quedó durante tres horas

sentado delante de un scanner porque no daba crédito a lo que acababa de

descubrir imaginando lo que venía detrás, lo que iba a venir. Era demasiado

fuerte para que una clase médica sumamente establecida pudiera asumir

semejante descubrimiento. Pero como no podía ser él el único que diera vueltas

sobre este asunto se fue a la Siemes que es en Alemania la empresa más grande

que produce scanners y todo tipo de aparatos de radiología. Al entrevistarse con

el jefe de ingenieros de la Siemens y plantearse lo que acababa de descubrir, éste

le dice: Pues mire no está Ud. muy alejado de lo que nosotros pensamos porque

nunca hemos creído que esas imágenes fueran artefactos, la máquina no puede

producirlos. Pero como la clase médica no puede explicarlos y nosotros tampoco

se sigue sosteniendo que lo son. Pero podemos salir de dudas, podemos crear un

protocolo y durante seis meses vamos a estudiar con dos máquinas diferentes

para ver si son realmente artefactos o están en la cabeza del individuo. El

protocolo es muy sencillo y la manera de investigarlo es tremendamente fácil y

hoy puede hacerse en cualquier servicio de radiología. Si el artefacto lo está

produciendo la máquina y la máquina lo produce en una determinada dirección en

relación a la cabeza del paciente giremos la cabeza del paciente. Si la imagen se

produce ahora en el mismo lugar anterior estaríamos frente a un artefacto.

Si la imagen se mueve junto con la cabeza del paciente es porque el objeto está

en la cabeza y no es producto de la máquina. Si repetimos la experiencia con otra

máquina diferente y ocurre lo mismo habremos llegado al resultado buscado. Lo

que se había planeado como un protocolo para seis meses en dos meses quedó

resuelto. La conclusión es que esas imágenes estaban en las cabezas de los

pacientes y eran la señal de las enfermedades orgánicas.

Así es que Hamer postula su primera ley:

La Ley de Hierro del Cáncer, de “hierro” porque se cumple en el cien por ciento de

los casos. Y no solamente vale para el cáncer.

La ley se llama “Ley de hierro del cáncer y enfermedades similares al cáncer”. La

palabra cáncer en la medicina que nosotros trabajamos ha perdido toda su fuerza

y tragedia.

La primera vez que la formula, Hamer dice: todo shock síquico, altamente

traumático, que nos toma por sorpresa y es vivido en aislamiento, produce una

ruptura de campo electrofisiológico en un área concreta del cerebro y a partir de

ese momento se lesiona el órgano que gobierna esa parte del cerebro.

Todo shock síquico, altamente traumático, hiperagudo que te pilla a contra pie, es

decir inesperado, produce estos efectos. Que te pilla a contra pie y vivido en

aislamiento: esto es tremendo, es importantísimo y condición sine qua non para

que se produzca el cortocircuito cerebral. La persona se lo tiene que tragar. La

idea por ende le está dando vuelta continuamente, lo vive en soledad, en

aislamiento, no lo comunica. Mientras dura esa situación conflictiva se produce un

cortocircuito a nivel cerebral y desde allí se manda un error de codificación al

órgano. De este modo aparece la enfermedad

en el órgano. Esta primera ley se cumple en el cien por ciento de las

enfermedades excluyendo tres tipos de enfermedades: los traumatismos, los

envenenamientos y las que ya se nace con ellas. Todas las demás, absolutamente

todas se rigen por esta ley. Hamer sigue adelante investigando y además a una

velocidad tremenda y descubre que la enfermedad es un proceso bifásico.

Hasta ahora la enfermedad solamente se tiene en cuenta al momento de dar su

primera sintomatología o cuando es descubierta por una prueba radiológica o por

una prueba fortuita en el hospital pero nada más. El proceso empieza en el

momento en que aparece el primer síntoma de la enfermedad y hasta que la

enfermedad termina. Hamer se da cuenta que esto no es cierto. ¿Por qué? Porque

lo primero que debe hacerse es un scanner cerebral (él a partir de ese momento y

todos nosotros ahora trabajamos con scanner cerebral) que es una prueba

científica irrefutable. Con un scanner cerebral sin saber la historia del paciente se

puede diagnosticar todo lo que tiene, lo que ha tenido, en qué fase se encuentra y

qué lo ha producido. Esto es una prueba científica, no es una especulación, no es

medicina alternativa ni es una medicina especulativa. Esto es: señor mío, aquí

tenemos un scanner y vamos a ver si es verdad o mentira lo que yo digo

comparándolo después con la historia clínica del paciente. Esto es lo más

tremendo que Hamer ha aportado a la medicina.

Además, al seguir investigando descubre que el -artefacto- en los scanners puede

ser de dos formas: si hay 100 personas con un problema de riñón, 50 tienen por

ejemplo un artefacto en forma de -diana-, es decir un círculo con un punto en el

medio y los otros 50 lo tienen en forma de mancha, es un círculo con una mancha

negra, un edema cerebral. Entonces Hamer se da cuenta que los que lo tienen -en

diana- tienen el conflicto activo, están viviendo el conflicto en ese momento. Si se

le pregunta al paciente sobre el contenido del conflicto el paciente responde

cosas del tipo: sí, todavía estoy enojado con mi hermano o yo todavía estoy

pendiente de la herencia de mi tía.

Pero sin embargo aquellos que tienen la mancha, han tenido el conflicto pero lo

han resuelto. Y esto en el 100 por ciento de los casos: no hay un individuo con

una imagen -en diana- que diga yo ya he resuelto el conflicto y tampoco hay un

individuo con esa imagen en forma de mancha que diga: yo no he tenido nunca

ese conflicto. Ocurre siempre en el 100 por ciento de los casos.

Además paradójicamente, a nivel orgánico existe una sintomatología de -conflicto

activo- y una sintomatología de -conflicto en solución-. De este modo Hamer

descubre la segunda ley que es la ley del carácter bifásico de las enfermedades:

toda enfermedad es un proceso bifásico en tanto y en cuanto la persona resuelva

el conflicto. Es decir que hay una primera fase de enfermedad que es la fase del

conflicto activo y hay una segunda fase que se desencadena siempre que la

persona resuelve su conflicto. Y en ese momento la solución ocurre, lo mismo que

en la fase activa, en los tres niveles: a nivel síquico esa persona ha resuelto el

conflicto, a nivel cerebral lo que antes era una diana ahora es una mancha y en el

nivel orgánico lo que antes era enfermedad, ahora comienza la fase de curación

orgánica. El cerebro da la orden de restitución del daño causado. Esta explicación

terapéutica está a años luz de lo que hasta ahora conocíamos. Lo más

impresionante, vuelvo a repetirlo, es que se cumple en el 100 por ciento de los

casos.

Sin embargo encuentra un muro impresionante. Muchas veces está el conflicto en

solución, con su imagen cerebral en forma de mancha, a nivel síquico, hablando

con el paciente, el paciente relata que tuvo el conflicto pero que ya lo ha resuelto

y en ese momento empiezan a aparecer los síntomas a nivel orgánico. Y eso no

encaja. A veces no existe relación entre el estado emocional del paciente, su

estado cerebral y algunas enfermedades. En la fase activa no han dado señal, sin

embargo en la fase de solución empiezan a dar señales, empiezan a dar

sintomatología. Hamer empieza a investigar sobre embriología.

Embriología es la parte de la medicina que estudia desde el momento de la

fecundación hasta el momento del parto, es decir la evolución del embrión, cómo

se va formando. Pero todos los médicos sabemos de embriología lo que

aprendemos en el primer trimestre del primer año de medicina en Anatomía I.

Una vez aprobado ese trimestre se sigue adelante y no se vuelve a estudiar

embriología en el resto de la carrera. Por lo tanto, la bibliografía que hay sobre

embriología es simplemente descriptiva, de cómo se va formando el feto.

Parecería ser que la Naturaleza no tiene mayor intención en esa formación. Es un

hecho como puramente casual: de alguna manera se tenía que formar, ya hemos

descubierto cómo, así que cerramos el capítulo. Es por eso que Hamer se ve

obligado a investigar qué importancia tiene que un órgano esté formado por un

tejido o por otro. Todos sabemos en medicina que todo el organismo está formado

por solamente tres tejidos, tres hojas blastodérmicas: el ectodermo, el

mesodermo y el endodermo. Bien, Hamer se pone a estudiar qué importancia

tiene que un órgano esté formado por mesodermo o endodermo y es en este

punto cuando descubre su tercera ley que es la confirmación de la segunda.

Descubre cómo funciona cada tejido del organismo en conflicto activo y en

conflicto en recuperación y se encuentra con que el 80% de las enfermedades

actualmente diagnosticadas como enfermedades son en realidad la fase de

curación de los conflictos.

Es decir por ejemplo si un cáncer intraductal de mama en una mujer, al ser un

ectodermo, un ectodermo en fase activa del conflicto pierde sustancia, se hacen

úlceras en los conductos galactóforos de la mama pero la mujer y el médico no lo

notan porque ese proceso no da sintomatología. Sin embargo a nivel cerebral

tendría la imagen en diana y a nivel síquico esa mujer tendría el problema activo.

Pero si la mujer resuelve el conflicto inmediatamente viene la orden cerebral de

curación del daño causado.

Yo siempre pongo un ejemplo que vais a entender rápidamente porque supongo

que esto es demasiado espeso para los que no son médicos: un día a uno

cortando jamón se le va el cuchillo y se lleva un trozo de carne, no un corte sino

un trozo. Todos sabemos lo que ocurre al día siguiente, la medicina lo ve normal y

lo deja evolucionar. Al día siguiente lo que ocurre es que se inflama la zona de

alrededor de la úlcera y se van a empezar a reproducir los tejidos del borde con la

intención de cerrar el agujero, de restaurar el daño, de tapar el boquete. Durante

ese tiempo la zona va estar más o menos enrojecida e inflamada. El cerebro ha

dado inmediatamente la orden de reparar el daño. A nadie se le ocurriría ir a un

oncólogo a que le hiciera una biopsia de esa herida. Pobre de él si se le ocurriese

ir y más si el oncólogo le hace caso, lo que es difícil y le saca una muestra del

borde de la herida y se la manda al patólogo. Sin decirle nada al patólogo porque

si le dice algo el patólogo ya sabe lo que tiene que decir. Pero si no le dice nada el

patólogo va a firmar un informe que dice que eso es un epitelioma, un cáncer de

piel. Pero lo que en realidad se está produciendo es el relleno de un agujero.

Bien, en la mama de la que hablábamos antes nadie ha visto la primera fase de la

enfermedad, la fase del conflicto activo. Sólo se ve la fase de solución que es la

aparición de un edema alrededor de las úlceras de los canales galactóforos de la

mama y una proliferación celular en los bordes de las úlceras que intenta

rellenarlas. Pero claro como da inflamación y molestias, la mujer sale corriendo al

ginecólogo, el ginecólogo ve eso anormal, fuera de lugar, le hará una biopsia y el

diagnóstico será cáncer intraductal de mama. Y esa señora se estaba curando.

Esa señora no tenía cáncer ya.

Esto que digo sé que es brutal porque hoy por hoy es la causa de muerte más

importante en las mujeres. Sin embargo el cáncer de mama se diagnostica

siempre en fase de curación. Ahora veamos qué haríamos nosotros: tranquila

señora Ud. no tiene ningún problema, ni biopsia ni nada. Déjelo y lo mismo que a

los quince días terminaba el proceso de cicatrización del cuchillo del jamón, el

edema se retira y la zona queda cicatrizada, exactamente lo mismo hace el

organismo en la mama. Y al cabo de un tiempo eso se retira y no pasa

absolutamente nada.

Esta es la tercera ley. Hay tres tejidos. De este que hemos hablado es el

ectodermo. Pero otro tipo de tejido es el endodermo que es el tipo de tejido que

forma fundamentalmente el tubo digestivo que funciona completamente al revés.

En vez de perder sustancia en fase activa lo que hace es proliferar sustancia en

fase activa y necrosarse en solución.

Por ejemplo un señor vive un conflicto del tipo que nosotros llamamos de

guarrada. Le han hecho una guarrada muy grande. Concretamente un señor que

es socio de su cuñado, un día, yendo a la escribanía después de muchos años de

sociedad descubre que el cuñado ha puesto todo a su nombre y prácticamente lo

ha dejado en la calle. Vive la situación no solamente desde el punto de vista

económico sino también por aquello de que -mi cuñado me ha hecho una

guarrada-. El colorido del conflicto es el que determina el área concreta del

cerebro que se va a lesionar y por lo tanto el órgano afectado.

Por eso es que en 100 casos de mama, las 100 mujeres tienen un conflicto con el

mismo colorido. Sin son diestras y la mama es la izquierda sería un conflicto de

madre-hijo. Conflicto de separación de un hijo. Si la mama es la derecha sería un

conflicto general y especialmente de pareja.

Pero volviendo al ejemplo anterior, al vivir el conflicto como guarrada, no como

pérdida económica sino como guarrada, el señor lesiona la zona cerebral que rige

el colon y mientras está viviendo el conflicto activo, en el colon se está

produciendo un tumor, es un carcinoma de colon, es un tumor en la luz del colon.

Si ese tumor crece y no llega a un tamaño suficiente, no afecta al tránsito

intestinal y la persona no tiene sintomatología. Pongamos que al cabo de uno o

dos meses se decide y le cuenta a su mujer y habla con su cuñado. El cuñado

reconoce su error y llegan a un acuerdo, van a la escribanía y arreglan todo. El

señor resuelve su conflicto. Pero al cabo de unos días comienza a sangrar por el

recto. ¿Por qué sangra? Es un endodermo y en fase de solución tiene que

necrosarse el tumor. Este es el primer síntoma que tiene este señor, una

proctorragia. Nadie está acostumbrado a deponer heces con sangre. Sale

corriendo a ver al médico. El médico le hace una rectoscopía y se encuentra con

el tumor. Diagnostica carcinoma de colon y desencadena lo que ya sabéis. Ese

señor ya estaba curado.

Muchos os plantearéis: ¿por qué la gente dejándose a su libre albedrío en casa no

se cura? Es la pregunta que se hace casi todo el mundo puesto que en 80 o 90 %

de los casos podríamos dejarlos puesto que aparece la sintomatología en fase de

curación. Hay una teoría y además esto tiene para mí un particular interés

personal que es la teoría de la metástasis.

Toda la oncología se basa en dos hechos fundamentales. El primer hecho es el

diagnóstico del patólogo, del anatomo patólogo, el que analiza las células. Toda la

clase médica piensa que el patólogo hace siempre diagnóstico de certeza. El

patólogo, como dice Hamer, es siempre como una tirada de dados.

Esto es muy duro. Tengo amigos patólogos y algunos que trabajan con nosotros

que están de acuerdo concretamente en esta expresión, que es una tirada de

dados. Es triste decirlo pero el patólogo no es nunca capaz de diferenciar una

proliferación celular que se ha formado en un callo de fractura de una

proliferación celular con la que se ha formado un osteosarcoma si no se le dice

de dónde procede la muestra. Es decir no son capaces de diferenciar una

proliferación celular proveniente de una cicatriz de una proliferación celular que

ha formado un cáncer.

El diagnóstico lo da en medicina la concurrencia de tres servicios: anatomía

patológica, oncología clínica y radiología. Pero ninguno por sí mismo puede hacer

diagnóstico certero en oncología.

Ahora, unidos los tres, si esta muestra que le mando al patólogo es de un señor

que ha sido atropellado por un auto hace quince días, con la imagen radiológica

que muestra el corte en el fémur, está clarísimo que la muestra corresponde a un

callo de fractura.

En anatomía patológica en el diagnóstico celular se tienen que dar 10 pasos y en

cada uno de esos pasos hay 10 variables. Hay montones de trabajos en medicina

clásica que demuestran que una muestra de tejido mandada a 25 patólogos

distintos sin decirles de dónde procede daría 25 resultados diferentes. Y eso es la

base fundamental de la oncología. La espina dorsal de la oncología es la creencia

en la teoría de la metástasis. La teoría de la metástasis está viva desde hace nada

menos que 119 años y la postuló un médico alemán que se llamaba Virchow. Esta

teoría dice que un cáncer originario puede dar metástasis, es decir otro tumor, en

otra zona del organismo mediante diseminaciones patógenas. Es decir que una

célula cancerígena se separa del tumor originario y la metástasis se implanta

luego en el nuevo territorio y allí se reproduce y da por lo tanto un segundo

cáncer.

Hay un hecho que es indudable, que todos lo vemos y es que un cáncer se puede

diseminar por todo el organismo. Un cáncer que hoy lo tenemos localizado aquí,

dentro de seis meses puede estar en cinco partes más. De alguna manera había

que explicar este hecho incuestionable. Sin embargo las teorías siguen vivas

hasta que alguien demuestra que son falsas o se encuentra otra teoría que sea

más creíble que la anterior. Esta teoría de la metástasis estuvo vigente hasta los

años mil novecientos sesenta y poco. Si por ejemplo, tenemos un cáncer de hueso

en la rodilla y luego aparece en el pulmón todos pensaríamos que una célula de la

rodilla, caminando por la sangre llega al pulmón y forma un cáncer óseo en el

pulmón. Sin embargo el avance en la electrónica y en los microscopios demuestra

que las células del pulmón son siempre células pulmonares. Por lo tanto esa

célula ósea que ha venido viajando por la sangre, al llegar al pulmón tendría que

formar un cáncer óseo y sin embargo en el pulmón no encontramos un cáncer

óseo. Y en el hígado un cáncer que no sea hepático. Y en hueso un

cáncer que no sea óseo.

Por lo tanto hay que reforzar esta teoría y hay que decir que esa célula que por

otra parte y esto quiero recalcarlo que nunca jamás se ha encontrado en la

sangre, esa célula en su camino por la sangre sufre una metamorfosis y se

convierte en el tipo de célula que corresponde al órgano que va. Esta es la espina

dorsal de toda la oncología y la que desencadena todo el proceso terapéutico

oncológico de quimioterapia y radioterapia.

Es inaudito que con el avance tecnológico y de laboratorio que tenemos hoy no

hayamos podido encontrar una célula viajando por la sangre cuando somos

capaces de encontrar otro tipo de células y todos los subproductos de una célula

(las transaminasas, enzimas). Tenemos la forma de encontrarlos y medirlos. Sin

embargo no somos capaces de encontrar una célula entera en la sangre. Los

japoneses están marcando células tumorales con radioisótopos radioactivos

tratando de determinar si esas células viajan por el torrente sanguíneo y hasta

ahora no se ha podido ver que alguna célula se ha salido de su tejido y se haya

implantado en otra parte. ¿Por qué? Porque esa teoría es falsa. Hasta que llega

Hamer y demuestra el por qué de las metástasis. Hamer va a un congreso y dice,

miren, lo que ustedes están contando es lo siguiente: que una célula cancerígena,

que es tal porque se ha vuelto loca, que no sabe lo que hace, se separa de su

tumor original, pierde su conexión con el cerebro pero eso no importa, es

autónoma, se pone a viajar por la sangre aunque nunca se la ha visto. Es tanto

como decir que un canadiense rubio de ojos azules que está loco se hecha a

nadar al mar pero como nadie lo ha visto no sabemos a qué mar se ha tirado. Y en

su andar, cuando está nadando sufre una metamorfosis, según parece además de

loco es superinteligente porque se da cuenta que va a China y cuando llega a

China ya se ha convertido en chino. Miren hasta ahí podría creerlo. Pero lo que no

puedo admitir es que un oncólogo entre mil millones de chinos pueda afirmar que

uno determinado es el canadiense.

Esta es la teoría de las metástasis: como a una persona se le encuentra un tipo de

cáncer en una pierna todo lo que aparezca a partir de ese momento aunque no se

parezca ni en pintura viene de la pierna. Entonces cuál es el tratamiento de la

medicina clásica, el tratamiento de la medicina clásica es acabar con esa

hipotética célula que está solamente en la mente de los médicos porque nunca se

ha encontrado en el cuerpo. Acabar con ella como sea, empleando quimioterapia.

Es el caso de una señora a la que se le ha diagnosticado un carcinoma intraductal

de mama. Hay que quitarle la mama mediante cirugía. Es un bultito que mide un

centímetro y está detrás del pezón, está muy alejado de la parrilla costal, sin

embargo se le quita toda la mama. Le hacemos una mastectomía total. Pero como

pensamos en esa maldita célula que se puede haber escapado vamos a irradiar

toda la zona porque de ese modo vamos a achicharrar no solamente las propias

sino también las extrañas. Y después por si las moscas le vamos a dar

quimioterapia lo cual la persona, que es mucho más fuerte que lo que la medicina

se cree, aguanta. Y al cabo de cinco años, revisión periódica tras revisión

periódica cada seis meses, le aparece una osteolisis. Una descalcificación de una

vértebra o una descalcificación de la cabeza del fémur derecho. Se le hace una

gama grafía ósea y esto basta para diagnosticar una metástasis de hueso. La

pregunta sigue siendo la misma: ¿dónde ha estado esa célula durante cinco

años ? Estamos hablando de una célula que salió hace cinco años de la mama y

que ha aguantado cirugía, radioterapia y quimioterapia (estaría en el fondo del

mar, metida en un cofre, aguantando todas estas historias) y al final, después de

cinco años aparece en el hueso de la cadera y hace decir al oncólogo que la

señora tiene una metástasis ósea.

O después de 22 años como tengo yo un caso. A los 22 años le aparece una

metástasis. ¡Santo Dios! ¿Alguien conoce una célula que viva 22 años? Sin

embargo esto que lo conocen todos los médicos no es para ni siquiera pensarlo.

Solamente las neuronas viven desde el momento en que nacemos hasta el

momento de morir. Precisamente el único sitio donde no se dan cánceres, en las

neuronas. Lo que pasa es que al no saber, la oncología está dando tumbos de un

lado para otro. Hamer demuestra que esto es totalmente falso.

¿Y qué es lo que dice Hamer? En un proceso oncológico, cuando se tiene un

cáncer, hay un momento en que se produce un shock altamente traumático

hiperagudo que te pilla a contra pie y que es vivido en aislamiento. Es el propio

diagnóstico y el proceso oncológico el que va desarrollando metástasis. Así

encontramos una mujer que hace miedo a morir porque tiene 32 años y le han

diagnosticado cáncer. Al hacer el miedo a morir lesiona a nivel cerebral la zona

que corresponde al pulmón y al cabo de dos meses tendrá una suelta de globos

en el pulmón. Y el médico le dirá ¿ves como era verdad que lo que tenías en el

pecho era un cáncer? Y no tiene una metástasis pulmonar proveniente de la

mama. Porque además el intraductal de mama es un ectodermo y el pulmón es

un endodermo, es un adenocarcinoma. Pero puede que esa mujer no haga miedo

a la muerte y entonces no le sale nada en el pulmón. De allí el hecho de que las

metástasis son imprevisibles. A esa señora de 32 años no le preocupa la muerte,

lo que le preocupa es que tiene dos hijos pequeños en este mundo y que si ella se

muere, sus hijos van a quedar abandonados y hace un miedo a dejar a sus hijos

en la indigencia y esa mujer tendrá una metástasis hepática en el plazo de seis

meses a un año. Pero puede que no tenga hijos y que aguante toda esta historia y

que no haga metástasis en ningún lado. Le dirán entonces -lo hemos tomado a

tiempo, quédate tranquila, no va a pasar nada. Te vamos a dar quimio y radio

para nada, no se puede haber escapado una célula-. Pero a esa mujer la someten

a un tratamiento de quimioterapia y además antiestrógenos que le van a quitar la

libido. Esa señora va a perder su apetito sexual y tiene 32 años y un marido joven

y entonces esa mujer al cabo de un tiempo sufre una tremenda desvalorización

de sí misma en el terreno sexual. Y esa desvalorización sexual afecta a la pelvis y

como está en fase activa del conflicto y es un mesodermo perderá sustancia, es

decir se harán agujeritos en los huesos. Al cabo de dos años a un médico se le

ocurre hacer una gamagrafía ósea y encuentra esos agujeritos y le dice -tienes

una metástasis ósea-. Eso ha ocurrido a los cinco años del cáncer de mama. La

señora recibe el segundo diagnóstico como diciendo -ya no tengo escapatoria, si

después de cinco años de estar luchando contra él me vuelve a aparecer ahora ya

no tengo escapatoria-. Ahora es cuando hace miedo a la muerte y aparece la

metástasis pulmonar. Lo más maravilloso de todo es que esto se puede demostrar

en el 100 por 100 de los casos.

La cuestión es que no son las situaciones en sí las que crean los problemas sino

cómo uno las vive. Uno es responsable de su propia enfermedad y lo que

descubre Hamer es que la enfermedad no es un error de la madre naturaleza, que

la enfermedad no es un fallo del cuerpo humano, del modelo , incluso que la

enfermedad no es un castigo por nuestros pecados ni es una forma de penitencia.

La enfermedad es un programa inteligente de la madre naturaleza encaminada a

decirle a las personas -esta situación que estás viviendo no te conviene-. Hamer

descubre nada más y nada menos que la Naturaleza quiere que seamos felices y

que cuando vivimos y nos empeñamos en vivir una situación que va en contra de

nuestra propia esencia, que va en contra de nuestra coherencia interior, se

desencadena un programa a nivel cerebral que mediante la lesión de un órgano

nos pone en aviso.

Hamer ha llegado a encontrar la relación causa-efecto de prácticamente el 90 %

de las enfermedades. Figuran en una tabla de varias columnas, tipo de

enfermedad, el conflicto que la produce, cómo evoluciona a nivel orgánico en fase

activa del conflicto y cómo evoluciona a nivel orgánico en fase de solución y el

foco de Hamer en el cerebro. Esta tabla es una máquina de hacer medicina.

Somos nosotros los causantes de nuestra propia enfermedad, no podemos echarle

la culpa a otro. Se acabó eso de decir la naturaleza ha fallado en mí, la mala

suerte, el castigo divino y ahora voy al médico para que me cure haciendo

abandono de nuestra propia responsabilidad. En la medida que se resuelva el

conflicto la enfermedad se cura y no hay tutía y cualquier cosa que haga el

médico no podrá curar si el conflicto está activo. Se acabó eso de ir al médico

para que el médico resuelva el problema.

Ahora el médico podrá dar las cartas de navegación. Dirá -la enfermedad viene

por aquí-, lo que está tratando de decir es -cuando una persona está viviendo una

situación indigesta está haciendo un cáncer de estómago y en este momento en

la curvatura mayor del estómago se está desarrollando una masa tumoral en base

a células hiperproductoras de ácido clorhídrico que se necesitan para digerir-.

Mientras no se resuelva el problema y no deje de indigestarse con la situación ya

se podrá quitar el estómago o cualquier otra cosa, pero la enfermedad seguirá

adelante.

En los scanners cerebrales nos encontramos por ejemplo con conflictos de

pérdida. Un conflicto de pérdida de un ser querido afecta en mujer a ovarios y en

varón a testículos, los conflictos de territorio afectan las arterias coronarias,

conflictos de frustraciones de tipo sexual, conflictos de desvalorización. Hay un

completo mapa cerebral con los diferentes conflictos.

Nos encontramos con que si agrupáramos todos los tipos de conflicto del mapa

cerebral nos encontraríamos con dos grandes tipos de conflicto. Los demás son

matices de ellos. Dependiendo del matiz es el órgano que se ve afectado. Estos

dos tipos de conflicto en los que cae el ser humano son conflicto de apego y

conflicto de desamor. Y no hay más. En el caso del apego por ejemplo un señor

que tiene una fábrica y la fábrica se le viene abajo: contrariedad indigesta,

contrariedad en el territorio, pérdida económica, se me viene todo abajo, ya no

puedo más, ¿qué va ser de mis hijos ?, guarradas, pérdida de amigos- En el caso

de desamor nos encontramos muy a menudo con el conflicto de desvalorización.

La desvalorización es un conflicto de desamor con uno mismo. Un conflicto de

desvalorización intelectual afecta las vértebras cervicales y en fase activa del

conflicto perderá sustancia (descalcificación) y en fase de recuperación habrá

recalcificación y allí es cuando duele. Sólo duele en fase de solución. Para

recalcificar el hueso se tiene que distender el periostio y eso es lo que produce el

dolor. La desvalorización siempre se relaciona con los huesos y tiene múltiples

matices.

La desvalorización afecta a huesos, músculos y ganglios. Del matiz de la

desvalorización depende la zona del cuerpo en la que va a aparecer el conflicto.

Los ganglios linfáticos son conflictos de leve desvalorización de sí mismo. Los

músculos se ven afectados por una moderada desvalorización de sí mismo y los

huesos por una gran desvalorización de sí mismo.

Los ganglios linfáticos son un mesodermo que en fase activa del conflicto pierden

sustancia y entonces tenemos una persona que tiene una leve desvalorización de

sí mismo por ejemplo un conflicto de territorio (su casa, sus posesiones, su

trabajo, incluso su territorio afectivo). Al perder sustancia se hacen agujeritos en

el interior del ganglio, se convierte en un queso gruyère. Esta situación no da

sintomatología ni puede detectarse por radiografía y no vamos a ir al médico a

que me saque algunos ganglios para verificar esto. La fase activa del conflicto

pasa desapercibida. Al producirse una revalorización comienza la etapa de

solución. La orden cerebral ante el conflicto resuelto es que se rellenen los

agujeros. La única manera de rellenar estos agujeros es generar material extra y

se produce un edema. Vamos al médico que decide sacar un ganglio y se

encuentra con células en reproducción y el diagnóstico es linfoma de Hodkin.

Justo cuando se estaba curando. El médico dice que como estas células en

reproducción son malignas hay que sacarlas y por lo tanto establece un

tratamiento con quimioterapia. Pero el cerebro siempre gana. ¿Cómo codifica el

cerebro esta agresión? La codifica como agresión: -no me dejan curar-. El cerebro

no sabe en qué facultad estudió el médico, no sabe de las buenas intenciones del

médico. El cerebro codifica los hechos: -si estoy mandando una orden de rellenar

agujeros y un gracioso me mete quimio para evitar que las células se multipliquen

debo dar una orden de aumentar la producción de células-. De ese modo estamos

jugando al ratón y al gato. ¿Qué hacemos con un linfoma de Hodkin ? Pues nada,

tranquilos. Después de seis meses ya habrá pasado todo. Yo pido perdón por estar

fumando. Desde que me enteré que no produce cáncer ya no lo dejo. Tengo que

aclararlo porque el tabaco es malo. Es un tóxico y ya hemos dicho que las leyes

de Hamer no se cumplen en estos casos. Aquí no hay conflicto de Hamer. La

nicotina y el alquitrán son tóxicos directos sobre los bronquios y eso más tarde o

más temprano termina en una bronquitis crónica obstructiva. Lo que nunca puede

producir es cáncer. Pero sin embargo este paquete de cigarrillos, puede producir

cáncer de pulmón. Tiene un texto que dice -Las autoridades sanitarias advierten

que el tabaco puede afectar seriamente la salud- y en otros dice -las autoridades

sanitarias advierten: fumar provoca cáncer-. Esto es mentira. Pero en la consulta

tengo casos reales. A un señor padre de cinco hijos le están diciendo

continuamente -papá no fumes, papá no fumes...- Una mañana se levanta y como

tiene una bronquitis obstructiva y las secreciones pulmonares se remansan por la

noche ya que los cilios de los bronquios no pueden moverse libremente por

acción del tabaco, tiene que provocar la tos matutina del fumador para

expectorar. Pero como tiene una irritación continua de la faringe por culpa del

tabaco tiene las venillas a flor de piel y un día al expectorar explota una venilla y

cae en el lavabo un esputo con sangre. Entonces el hombre dice: -zás, ya está

aquí, me lo pillé-. Es un shock síquico, altamente traumático, que lo pilla a

contrapie y lo vive en aislamiento por que se asusta y calla. -No voy a ir al

médico, para qué, mira que me lo han dicho veces...- y está noche y día dándole

vueltas al tema y tiene la mala suerte que a los tres días se repite el esputo con

sangre. Tarda tres meses en ir al médico. Tres meses que vive con una angustia

de muerte. Cuando va al médico tiene ya un nódulo pulmonar, un

adenocarcinoma de pulmón. Si hubiera ido el primer día no le hubieran

encontrado nada. Fue el miedo lo que le causó el cáncer de pulmón.

El moderador invita a hacer preguntas.

Pregunta: Me diagnosticaron un cáncer de ganglios inguinales. Me hicieron

cirugía, quimioterapia y radioterapia. Cuando estaba en el hospital mi señora

contactó con un colega suyo y le explicó lo que me habían hecho y la

sintomatología que tenía. Ese médico le dijo que no nos preocupáramos que ya

estaba curado. De hecho eso es lo que a mí me ha resucitado. He pasado por la

quimioterapia y por la radioterapia, me han arrasado toda la ingle, los testículos.

He pasado todo eso y ahora estoy perfectamente bien.

Moriano: Usted estará conmigo en que el estado de ánimo que provoca el

diagnóstico de cáncer y el estado de ánimo que provoca la utilización de terapias

agresivas y mutilantes son los verdaderos responsables de las metástasis y

significa que ha ocurrido un nuevo conflicto. Si usted ha entendido todo esto

sabrá que a partir de ahora podrá seguir estando igual que como está ahora. El

problema es que como pasamos cada cierto tiempo por revisiones, no faltará un

gracioso que encuentre un nodulito y propondrá realizar otra vez terapéuticas

agresivas. Yo les recomiendo a mis pacientes que no pasen más por la medicina

clásica. No porque tengan malas intenciones. Yo soy un médico clásico, yo vengo

también de la física médica, no vengo de las medicinas alternativas y he hecho

eso antes y he trabajado del mismo modo que ellos. No tienen malas intenciones

pero tienen un desconocimiento total. Hoy día la pregunta que me hago es ¿se

puede hacer un buen diagnóstico sin conocer las leyes de Hamer? ¿Se puede

hacer un buen diagnóstico sin conocer como se comporta un tejido en fase activa

y en fase de solución? ¿No sabiendo que detrás de eso hay un conflicto? ¿No

sabiendo que hay que resolver el conflicto? Que hay que hallarlo y luego

resolverlo. La respuesta es no. Y si no se puede hacer un buen diagnóstico no se

puede hacer un buen tratamiento. Debemos considerar los resultados. El 95% de

todos los tipos de cáncer se curan.

Pregunta: ¿El tratamiento consiste en sugestionar al paciente para que viva más

contento o existe algún tipo de terapéutica más agresiva?

Moriano: Verá. Existe como decíamos antes un diagnóstico. Cuando el paciente

llega a la consulta el diagnóstico es fundamental y el diagnostico cubre los tres

niveles: el síquico, el cerebral y el orgánico porque tiene que ser simultáneo. Es

decir si una persona está curada lo está a los tres niveles y si está enferma lo está

a los tres niveles. Si síquicamente está viviendo el conflicto tiene la imagen en

diana a nivel cerebral y a nivel orgánico tiene los síntomas de la fase activa del

conflicto. Puede ser que en un momento no tenga ninguna sintomatología porque

el órgano afectado no da sintomatología en la fase activa aunque esté la lesión.

Es el caso de los ganglios como lo comprobó Hamer haciendo biopsia de ganglios

de una persona en conflicto activo.

Todo esto es alucinante. Esta medicina está a años luz y es una ciencia

matemática. Se llega al diagnostico desde cualquiera de los vértices. Dime que

sintomatología tienes en el órgano y yo ya sé si es sintomatología activa o de

solución. Sabiendo el órgano sé el tipo de conflicto y sé el tipo de imagen que voy

a encontrar en el cerebro. Dadme un scanner cerebral y digo que órgano está

afectado, en qué fase se encuentra la enfermedad, si en fase activa o de solución

y cuál es el conflicto que la está produciendo. Dime que conflicto tienes y te diré

qué órgano se está lesionando y que está apareciendo en el scanner cerebral. Con

estas tres herramientas el diagnóstico es prácticamente infalible.

El tratamiento: Ante un conflicto sólo quedan dos soluciones: o se deja de vivir

conflictualmente la situación o se separa uno de ello. Tenemos un paciente con un

carcinoma gástrico porque tiene una situación totalmente indigesta con su jefe.

Son cinco trabajadores que trabajan bajo un mismo jefe, el jefe se comporta del

mismo modo con todos y solamente uno vive esa situación de manera conflictual.

La jugada es o deja, como los demás, de vivir conflictualmente esa situación o se

separa del grupo, se cambia de trabajo e inmediatamente se desencadena la fase

de curación.

"El conflicto hay que resolverlo emocionalmente". Hay matrimonios que viven su

relación conflictualmente. Pues o dejan de vivirla conflictualmente o se separan

porque sino la naturaleza se encarga de separarlos." La cuestión no es

administrar fármacos". Nuestro trabajo consiste en darle al paciente las cartas de

navegación. Decirle: Tu problema es este, te viene por esto y esto es lo que tienes

que resolver. Lo que la naturaleza te está tratando de decir es que aquí estás

viviendo una situación que no te conviene, o dejas de vivirla o te separas de ella.

El trabajo de la Nueva Medicina consiste en utilizar todas las terapias que están

disponibles tendientes a aliviar la sintomatología de la fase de solución y por

supuesto a resolver el conflicto. Es decir el tratamiento de los síntomas de

curación en la medida en que podamos aliviarlos siempre y cuando con nuestra

actuación no cortemos la orden cerebral de curación o nos arriesguemos a

generar un nuevo conflicto. Es decir que nuestro tratamiento es muy sencillo y al

mismo tiempo muy complicado. El dolor en el hueso es la fase de curación y esa

persona será pautada inmediatamente en el hospital con morfina. Pero con la

morfina cortamos la orden cerebral. El enfermo se muere, muy tranquilo pero se

muere.

Pregunta: Quisiera que hablara sobre el cáncer en niños, especialmente la

leucemia.

Moriano: Primera barbaridad. La leucemia es una mala interpretación total y

absoluta de la oncología. La leucemia no es un cáncer. Es la fase de recuperación

de un cáncer de hueso, de médula ósea. La leucemia solo puede aparecer cuando

la persona se está curando. Como en el caso del cáncer de mama la fase activa

de la enfermedad es la pérdida de sustancia. En el caso de médula, la pérdida de

médula. En la fase de curación llega una orden de hematopoyesis, de producción

masiva de células sanguíneas. Al no haber la suficiente médula ósea para

producirlas, produce inmaduros. Es la aparición de blastos. Nunca jamás un

exceso de blastos en sangre ha matado a alguien.

Sin embargo se los considera como enemigos y se da quimioterapia. ¿Por qué

aparece en los niños? Es la fase de curación de un conflicto tremendo de

desvalorización de sí mismo. Es muy difícil pensar que un niño de un año se sienta

desvalorizado. En este punto Hamer da un bombazo a todo esto de la ingeniería

genética. Hamer se dedicó algún tiempo a hacer scanners de niños recién

nacidos. Con el scanner cerebral del niño se le puede contar todo el embarazo a

la madre. "Hamer"" comprueba que el niño, en el vientre de su madre tiene plena

conciencia de todas las vivencias de su madre y que vive los conflictos en el

claustro materno y que cuando se separa de ella puede provocar la fase de

solución. El 90 % de los cánceres en críos menores de tres años son fases de

solución, calificadas como cáncer pero no son cáncer, son la fase de solución de

los conflictos vividos en el vientre de la madre.

"Viendo un scanner de un niño recién nacido se le puede contar a la madre todo

el embarazo. "Esa estúpida idea de que el niño en el vientre de la madre no se

entera de nada es una auténtica payasada que se puede tirar por tierra

científicamente."

Hamer nos ofrece esta Nueva Medicina. Ha encontrado el cáncer donde no

pensábamos que estuviera. Ha encontrado la solución donde no esperábamos que

estuviera. "Ya no está en el médico sino en uno mismo. "Y ahora resulta que una

úlcera de estómago provocada por un jefe que es un bandido machacador con los

que están debajo de él, con el tiempo podría convertirse nada más ni nada menos

que en una enfermedad laboral. "Esta Nueva Medicina dice que tenemos que ser

coherentes con nosotros mismos, no con el vecino." Es nuestra vivencia personal,

nuestra incoherencia la que crea el problema, probablemente porque creamos

una escala de valores que no va con nosotros

mismos.

"Se acabó aquello de que mi niño tiene que ser ingeniero porque yo soy ingeniero.

Mi niño tiene que ser lo que sea coherente con él. Cuántos hay que tienen

conflictos porque fueron obligados a ser lo que no querían ser o porque han

elegido ser lo que no debían ser."

El niño de tres años se cura de leucemia sin quimioterapia

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